La denominada Generación del 50 significó una renovación profunda en el ámbito de la poesía peruana porque posibilitó la asimilación de los aportes del simbolismo francés, del surrealismo y de la poesía española de la Generación del 27, a través de una reflexión profunda sobre la modernidad y la identidad nacional; en ese sentido, los poetas de los años cincuenta redescubrieron a César Vallejo y vivieron un contexto signado por la posguerra y la difusión del pensamiento existencialista.