Una postura importante en la educación a nivel global es aquella que promueve una vinculación cada vez más estrecha de las decisiones que se toman a nivel de política educativa, con el uso de evidencias e información empírica como resultado de procesos de evaluación o investigación. Esta postura cuenta con una presencia creciente en los sistemas educativos latinoamericanos y tiene en la evaluación estandarizada del rendimiento escolar uno de los principales medios para la producción de la información necesaria en la toma de decisiones.