El trabajo doméstico es muchas veces considerado como un empleo de sobrevivencia. Las trabajadoras del hogar no escogen su labor, sino que no cuentan con mejores opciones de empleo. Este trabajo es una de las principales puertas de ingreso al mercado laboral mundial de mujeres con un bajo grado de instrucción. En el Perú existen cerca de 500 mil trabajadoras del hogar, la mayoría de ellas son cabeza de familia y no han terminado los estudios. Estas mujeres, con un saturado horario laboral, no tienen la oportunidad de realizar actividades de enriquecimiento personal. Esta situación se agrava al no recibir un buen trato por parte de sus empleadores, los cuales muchas veces las someten a desligarse de su identidad, invadiendo su espacio y forzándolas a realizar actividades denigrantes.